El caso de las niñas de Alcàsser es un trágico suceso ocurrido en España en noviembre de 1992. Las víctimas fueron tres jóvenes adolescentes de la localidad de Alcàsser, en la provincia de Valencia, llamadas Miriam García, Antonia Gómez y Desireé Hernández.
El 13 de noviembre de 1992, las tres niñas de entre 14 y 15 años desaparecieron mientras se dirigían a una discoteca cercana. Inmediatamente se inició una intensa búsqueda por parte de la Guardia Civil y familiares, siendo el caso muy mediático y generando gran conmoción en toda España.
El 27 de enero de 1993, se encontraron los cuerpos sin vida de las tres niñas en un paraje conocido como La Romana, a unos 75 km de Alcàsser. Las víctimas habían sido violadas, torturadas y asesinadas brutalmente.
El caso de las niñas de Alcàsser se convirtió en uno de los crímenes más impactantes y controvertidos de la historia de España. Generó una gran atención mediática y despertó un profundo debate sobre la seguridad de los jóvenes y la eficacia de las investigaciones policiales.
El juicio por el caso de las niñas de Alcàsser se llevó a cabo en 1995 y resultó en la condena de Antonio Anglés y Miguel Ricart como autores materiales de los asesinatos. Sin embargo, Anglés logró escapar antes del juicio y hasta la fecha sigue en paradero desconocido.
El caso de las niñas de Alcàsser es considerado uno de los más trágicos y emblemáticos de la historia criminal en España, dejando una profunda huella en la sociedad y en la percepción de la seguridad ciudadana. A día de hoy, sigue siendo recordado y debatido como un caso de gran impacto emocional.
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